El pasado 1 de diciembre ha sido una fecha importante para la familia real sueca, pues en tal día, el miembro más joven de la familia, el pequeño príncipe Gabriel recibió las aguas bautismales en la capilla del Palacio de Drottningholm.
En esta ocasión, todas las miradas fueron acaparadas por la madre del bebé, la princesa Sofía, que escogió un atavío muy especial para ocasión tan significativa, un traje folklórico de la región de Dalarna, situada en el centro-oeste del país, zona en la que Sofía se crio y lugar del cual, el pequeño bautizado ha sido nombrado duque por parte de su abuelo, el rey Carlos Gustavo. Según apunta la prensa sueca, el traje tradicional fue un regalo de los padres de Sofía, aprovechando la joven madre para lucirlo en ocasión tan especial. Personalmente, creo que la decisión ha sido de lo más acertada. Sofía lucía realmente encantadora tanto por su atavío como por esa felicidad que se refleja en su rostro en todo momento.
Los príncipes Carlos Felipe y Sofía, posando con sus hijos Alexander y Gabriel para las fotos oficiales del bautizo.
Junto a los Reyes de Suecia y los padres de Sofía.
Posado junto a los padrinos y madrinas del pequeño Gabriel.
Foto en la que aparecen las hermanas de Sofía y de Carlos Felipe.
FOTOS: Paris Match