El sábado 19 de octubre de 2019 pasará a la historia de la capital francesa por ser la fecha en que el príncipe Jean-Christophe Napoleon contrajo matrimonio con la condesa Olympia de Arco-Zinneberg en la iglesia de San Luis de los Inválidos. El enlace matrimonial ha suscitado la atención de la prensa mundial pues ha vuelto a unir a dos naciones, Francia y Austria, doscientos años después de que el emperador Napoléon contrajera matrimonio con la Archiduquesa María Luisa de Austria.
© Teresa Marenzi & Daniel Bachler/Iconoclash Photography
El Palacio Nacional de los Inválidos constituye un complejo que fue construido por expreso deseo del rey Luis XIV, para albergar a los militares veteranos inválidos de guerra que no tenían hogar.
En parte de sus dependencias, alberga el interesantísimo Museo del Ejército, y es muy renombrado por albergar los restos mortales del emperador Napoleón.
Los novios contemplando la tumba del emperador.
La iglesia de San Luis de los Inválidos se construyó para que los soldados albergados en el palacio pudiesen asistir a la Santa Misa, siendo hoy en día catedral castrense.
Ante la presencia de seiscientos invitados entre los que se encontraban una buena representación de la realeza y nobleza europeas, los novios unieron sus vidas en una ceremonia presidida por el Obispo castrense, Monseñor Antoine de Romanet de Beaune, de ilustre familia, ennoblecida en 1644 y de la cual han surgido muchos militares franceses, que acogió a los novios con las siguientes palabras: "Jean-Christophe, Olympia, ¡qué alegría acogeros en esta iglesia de San Luis de los Inválidos!, junto al lugar en que reposan los restos de Napoléon I, del cual, Jean-Christophe, portáis la herencia. Ambos encarnáis en vuestras familias la historia de Europa". Eran las 11 de la mañana cuando resonaron los acordes de la "Marcha para el príncipe de Dinamarca" del compositor inglés Jeremiah Clarke, para recibir a los contrayentes y a su familia.
Llegada del novio junto a su madre la princesa Beatriz de Borbón-Dos Sicilias.
La archiduquesa María Beatriz de Austria-Este, madre de la novia, llegando del brazo del príncipe Carlos-Napoleón, padre del novio.
La princesa Napoleón, Alix de Foresta, abuela del novio, junto al gobernador militar de Los Inválidos, el general de Saint-Chamas.
Los Duques de Castro junto a sus hijas, las princesas María Carolina y María Chiara.
El Gran Duque Enrique de Luxemburgo a su llegada a la catedral.
Guillermo y Estefanía, grandes duques herederos de Luxemburgo.
Félix y Claire, príncipes de Luxembugo.
Guillermo y Sibilla, príncipes de Luxemburgo.
El archiduque Carl-Christian de Austria y su esposa, la princesa Astrid de Luxemburgo.
La princesa Danica de Yugoslavia y el príncipe Philip.
La princesa Astrid de Bélgica y su esposo el archiduque Lorenzo de Austria-Este.
La princesa Astrid destacó por su colorido abrigo y la originalidad de su bolso.
La princesa Beatriz de York y su prometido Edoardo Mapelli.
El príncipe Pablo de Grecia y su hija la princesa Olympia.
Los duques de Braganza.
Duques Elizabeth y Max en Baviera.
Rodolfo y Marie Hélêne, archiduques de Austria.
La princesa Ana de Borbón-Sicilia y Alex Ursulet.
El príncipe Charles-Henri de Lobkowicz y su madre.
La Condesa de París.
El príncipe Philippos de Grecia junto a su novia Nina Flohr.
Príncipe Hadrien de Croy-Roeulx y princesa Jacqueline
Don Jaime de Marichalar
Princesa María Gloria Orleáns-Braganza con su hijo, el príncipe Philippe y la princesa Danica de Yugoslavia, y sus hijas Sol María, condesa de Ampurias y Ana Luna, condesa de Ricla.
La princesa María Laura de Bélgica.
Los príncipes Nicolás de Liechtenstein junto al archiduque Simeón de Austria y su esposa María de Borbón-Dos Sicilias.
Archiduquesas Luisa María y Leticia María, princesas de Bélgica.
Príncipe Christian de Hannover y su esposa Alessandra de Osma.
Joseph Getty y su esposa Sabine.
El templo fue decorado por Julien Septanil y Patrice Lorient con hermosas ramas de abedul a lo largo de la nave central, mientras que el altar, el coro y el púlpito lucían hermosos arreglos florales.
La novia llega al templo junto a su padre el Conde Riprando de Arco Zinneberg y una de sus hermanas.
La condesa Olympia causó admiración luciendo su original vestido de novia, una creación de la firma Oscar de la Renta, compuesto por vestido con escote palabra de honor y bolero a juego, de ramas blancas unidas entre sí.
Su ramo de novia era un precioso bouquet de muguet
realizado por "Things to Bloom".
Sobre su cabello lucía una tiara bandeau de su familia materna, la cual fue utilizada a modo de collar por su tía materna, Isabelle de Austria-Este, en el día de su boda.
Los pendientes de diamantes y zafiros son los mismos que su madre lució en su boda, quien los recibió como regalo de sus padres.
La Archiduquesa María Beatriz de Austria-Este, madre de la novia, el día de su boda celebrada en Chartres, en 1980.
Y no podía faltar su impresionante anillo de compromiso del que ya hablé en anterior escrito referente a su compromiso matrimonial.
Las pequeñas damas de honor lucían encantadoras con sus hermosos vestidos.
Condesas Olympia, Tatiana, Xenia y Gaia de Croy-Roeulx, junto a la archiduquesa Anna-Astrid de Austria-Este.
Una vista general del interior de la iglesia durante la celebración.
Momento del intercambio de los anillos.
© Teresa Marenzi & Daniel Bachler/Iconoclash Photography
Los novios, ya convertidos en marido y mujer, abandonan el templo a los sones de Et exsultavit, del Magnificat de Bach, interpretado por la condesa Marie-Gabrielle de Arco-Zinneberg, mezzo-soprano y hermana de la novia.
© Julio Piatti
Los contrayentes reciben la felicitación de la princesa Napoléon, abuela del novio.
La novia abrazando a su suegra, la princesa Beatriz.
Los recién casados abandonan el templo bajo la mirada de la estatua del emperador Napoleón.
Tras la ceremonia, el nuevo matrimonio se dirigió en un flamante automóvil al castillo de Fontainebleau, donde tuvo lugar el banquete y la fiesta nocturna con la que quisieron cerrar un día de celebración junto a su familia y demás invitados.
Castillo de Fontaineableau
Los novios junto a los Duques de Castro y sus hijas.
La novia junto a sus hermanas: las condesas Ana Teresa, Margarita, Maximiliana, María Gabriela y Georgiana.
© Teresa Marenzi & Daniel Bachler/Iconoclash Photography
La novia junto a sus pequeñas damas de honor.
Una instantánea de la celebración nocturna con la que los novios quisieron compartir su alegría junto a sus invitados, dando por concluido el que, sin duda, ha sido el día más feliz de sus vidas.
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