No tengo en mente celebrar ningún aniversario de este "Palacio de Luz", pero echando la vista atrás de este primer año transcurrido, me gustaría fijar la atención en una dama que ha visto cumplido un gran sueño durante el pasado año: convertirse en madre y brillar con luz propia en el mundo de la realeza europea.
Charlene Wittstock, conocida ya como Charlene de Mónaco no es una princesa como las demás. Nadie pensaba que una nadadora sudafricana pudiera aportar algo especial al mundo de princesas y cabezas coronadas. Transcurridos algo más de cuatro años desde su boda, todavía es pronto para hacer una valoración en profundidad. Charlene tiene todo un camino por delante que se ha visto alegrado por la llegada de sus dos hijos, Jacques y Gabriella, que han colmado su vida y han llenado de ilusión a todos sus súbditos.
Mucho se ha hablado del carácter de Charlene, de su supuesta tristeza, que yo siempre había atribuido más a su carácter tímido, y seguramente a esa gran responsabilidad que recaía sobre ella, sobre todo por su deber de proporcionar un heredero al trono monegasco. Siempre pensé que Charlene poseía una gran dulzura y una gran bondad. Ya en el día de su boda, fueron muchos los que veían sólo su cara triste y casi nadie apostaba por un matrimonio feliz. Yo siempre pensé que su gesto serio durante la ceremonia religiosa de su boda se debía a una actitud de recogimiento, y así lo sigo creyendo cuando veo las imágenes de aquel día. Hoy, transcurridos más de cuatro años de aquella boda, se puede hablar con voz alta de la conversión verdadera que la sudafricana, criada en el protestantismo, ha experimentado desde el momento en que se convirtió al catolicismo antes de su boda y que ha traído a su vida la paz espiritual.
Fotos: ecestaticos.com y Zimbio
Desde aquel día, la princesa no ha cesado de dar muestras de la sinceridad de su fe. Pasa muchas horas en conversación con el Padre Bill, su amigo y guía espiritual. Y fue con él con quien preparó a conciencia la ceremonia del bautismo de los pequeños Jacques y Gabriella, celebrado el pasado mes de mayo. Otra muestra de su sincera conversión se produjo durante su estancia en la maternidad, tras el nacimiento de sus hijos. Su primera salida de la habitación del hospital fue para acudir a la Misa celebrada en la capilla del centro hospitalario Princesa Gracia. "He rezado por todos, como siempre lo hago, pero especialmente para dar gracias al Señor. Tengo tanta suerte, un marido feliz y dos hijos en plena forma."
Los príncipes y sus hijos tras la celebración de la ceremonia bautismal, junto al Padre César Penzo, capellán de palacio y una persona muy querida por todos los monegascos.
Foto: Paris Match
Mucho se ha criticado también su ausencia en determinados eventos de la vida social monegasca. La princesa, madre de dos bebés, quiere dedicarles todo el tiempo posible a sus pequeños, y así es como también lo desea el príncipe Alberto que se lamenta del poco tiempo disponible para estar junto a sus hijos debido a sus numerosas responsabilidades. Así lo manifestaban en una reciente entrevista al semanario Paris-Match: Decía Charlene: "Ser madre es el más importante papel de mi vida, y deseo estar todo el tiempo posible con mis hijos." El príncipe Alberto manifestaba:"Hago todo lo posible por pasar tiempo con mis hijos. He aprendido a tomarme mi tiempo y a disfrutar de cada momento, porque esto pasa muy rápido." "Charlene se centra en sus obligaciones y en su familia. No se deja desestabilizar por las críticas."
Si bien la princesa no ha participado en ciertas actividades sociales, es notable que nunca haya dejado de asistir a las celebraciones religiosas de Mónaco: la festividad de Santa Devota, la Semana Santa, la festividad de Corpus Christi...y es muy normal verla acudir a la catedral o a cualquier otra iglesia del principado, como la de San Carlos. "Aprecio mucho la paz que encuentro en la Catedral, voy allí a menudo para depositar flores en la tumba del príncipe Raniero. Me hubiese gustado mucho conocerlo."
Los príncipes de Mónaco en la audiencia papal con el Santo Padre Benedicto XVI. Fotos: Zimbio
Imágenes de los príncipes presidiendo la Peregrinación Militar a Lourdes en el año 2012 (Fotos: newcom.com)
Imágenes de los príncipes presidiendo la Peregrinación Militar a Lourdes en el año 2012 (Fotos: newcom.com)
Los príncipes posando junto al Padre Penzo durante su asistencia a la procesión del Viernes Santo.
Foto: Palais Princier
La princesa presenció la procesión del Corpus Christi desde la Galería de Hércules del palacio monegasco. Una vez más quedó patente su atención y afecto hacia el Padre Penzo, por quien siente gran estima.
Fotos: Palais Princier y Paris Match
La familia principesca durante la Misa del décimo aniversario del fallecimiento del príncipe Raniero.
Foto: Palais Princier.
Diversas imágenes de la princesa acudiendo a Misa en la iglesia de San Juan Bautista durante sus vacaciones de verano en Porto Vecchio (Córcega)
Fotos: Google
Los príncipes asistiendo a misa con sus hijos en la Iglesia de San Carlos.
Foto: Paris Match.
Dentro de su labor oficial, y como princesa católica, Charlene fue invitada recientemente a participar en la trigésima Conferencia Internacional del Consejo pontifical para la Pastoral de la Salud, celebrada el pasado mes de noviembre en el Vaticano. La princesa pronunció su discurso, destacando el papel de su fundación en el objetivo de salvar vidas especialmente en las zonas más pobres y prevenir especialmente las muertes por ahogamiento entre los niños.
La princesa durante su participación en la Conferencia Internacional del Consejo Pontifical.
Fotos: parismatch.com
Durante su estancia en el Vaticano, Charlene de Mónaco concedió una entrevista a Radio Vaticana, en la cual tuvo un recuerdo para la figura del Papa Benedicto XVI, habló sobre la labor de su fundación, y destacó a las tres personalidades que más la han inspirado en su vida: Nelson Mandela, su esposo el príncipe Alberto y Santa Devota, la Santa Patrona del Principado monegasco. "Mi experiencia con la fe comenzó siendo pequeña, a la edad de cinco años. Yo tenía una nanny e iba con ella a la iglesia católica los domingos...Su doctrina es siempre la misma, no cambia de un lugar a otro del mundo...Aporta disciplina, infunde ánimo, y me siento muy feliz de formar parte de esta fe hoy en día."
La princesa Charlene durante la entrevista para Radio Vaticana.
Foto: Palais Princier
No cabe duda, Charlene es una princesa feliz con su vida personal y espiritual, y evidente es su interés por estar siempre presente en las celebraciones religiosas del Principado.
FUENTES:
Paris Match
Radio Vaticana
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