Un año más, los monegascos han disfrutado del tradicional pic-nic que todos los años organiza la alcaldía del Principado, y que reúne a todos los ciudadanos con los miembros de la familia principesca.
Fue el pasado sábado día 10, cuando los príncipes Alberto y Charlene acudieron a la cita con sus hijos, si bien el protagonista fue el heredero, el pequeño Jacques, que observaba todo lo que acontecía a su alrededor con gran curiosidad. Su hermana Gabriella tuvo que regresar a palacio con su niñera puesto que reacciono con disgusto ante la multitud y sus desconsolados lloros no pudieron ser acallados por nadie.
La princesa Charlene ofreció un aspecto realmente elegante, vistiendo un modelo de la firma Vilshenko que le sentaba de maravilla, combinado con discretas joyas, entre las que destacaban las perlas, que son siempre sus favoritas.
Tras la tradicional misa, los príncipes tuvieron tiempo para departir con los monegascos, charlando con mayores y pequeños, y compartiendo una jornada ambientada por los tradicionales bailes que hicieron las delicias de todos los presentes, y en especial del pequeño Jacques que observaba a los bailarines con muchísima atención.
La tradicional fougasse monegasca que pudieron degustar los asistentes.
¡¡Jacques nos despide hasta el año que viene!!
FOTOS: Palais Princier, Zimbio, Purepeople, Voici, Daily mail.
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