Hoy traigo a mi blog a una de mis damas favoritas de la realeza actual, se trata de la joven gran duquesa heredera Stéphanie de Luxemburgo.
Cierto que hasta ahora no había hablado de ella, aun siendo de mis predilectas, pues aunque ella y su esposo cumplen perfectamente con sus obligaciones oficiales, no es habitual tener declaraciones de la joven princesa. En esta ocasión, su 32 cumpleaños nos permite conocer un poco más de ella, transcurridos ya tres años desde que se unió en matrimonio al gran duque heredero Guillaume.
Stephanie de Luxemburgo.
Foto: Point de Vue
Stephanie ha destacado siempre por su serenidad, educación y gran aplomo. Mientras que la prensa no la destaca habitualmente, tal vez debido a que no sepan valorar su personalidad, yo considero que la joven condesa belga es idónea para su papel. Ella jamás dará que hablar ni perjudicará a la institución de la que forma parte. De lo que no hay duda, es de su madurez, que ya demostró en su primera entrevista ( 1 2 3 ) concedida poco antes de su boda, en la cual pudimos ver a una mujer elocuente, cálida, con mucho saber estar,y demostrando gran corrección y dominio de la situación.
Así lo pusieron de manifiesto las personas de su entorno, amigos, profesores, cuando fueron requeridos por los medios para conocer más a fondo a la joven que iba a ingresar por matrimonio en el mundo de la realeza. Aristócrata (pertenece a una de las más antiguas familias de la nobleza belga), culta, políglota, católica, "risueña, alegre, con multitud de temas de conversación, los cuales aborda a veces con ironía y sentido del humor." ..."En clase era el tipo de alumna muy dotada pero que no tenía necesidad de hacerse destacar para demostrar que era inteligente. Captaba todo rápidamente. No intervenía demasiado, pero cuando lo hacía siempre era de manera pertinente e inteligente."... No era una joven frívola, siempre se centraba en los asuntos importantes, en cosas esenciales como la amistad." Concluidos sus estudios de bachillerato, pasó un año en Rusia, y a su regreso cursó estudios de filología alemana, concluyendo con la exposición de una memoria brillante que versó sobre la influencia del romanticismo alemán sobre el romanticismo ruso. Sus estudios y viajes hacen de ella una mujer con dominio de diversas lenguas: francés, inglés, alemán, holandés y ruso. Tras el compromiso matrimonial, su amiga de estudios Marguerite Vinçotte señalaba: "ella no busca ser centro de atención ni convertirse en un personaje mediático, simplemente lo vive de modo natural."
No es de extrañar que Stephanie reúna todas esas cualidades, así fue educada en el seno de una aritocrática familia belga, los condes de Lannoy. La familia al completo supo demostrar las mejores cualidades aristocráticas en la boda de Stephanie y Guillaume: educación, saber estar, recogimiento y corrección.
La familia Lannoy durante la boda de Guillaume y Stephanie.
Foto: Google
La joven gran duquesa heredera, recién cumplidos sus 32 años, ha ofrecido una entrevista en la que tiene palabras para sus padres, destacando la educación y valores que ellos supieron transmitirle: "La noción de responsabilidad era esencial para mis padres, nos lo enseñaron con su ejemplo y con el modo de vida que escogieron. Heredaron una propiedad familiar en Bélgica, cerca de la frontera francesa, donde yo crecí. Los dos se implicaron de manera muy activa en la vida de la localidad. Mi padre acudía todas las tardes a reuniones, era presidente de la escuela, y mi madre creó la biblioteca local. Gracias a ellos, aprendí muy pronto que los regalos que la vida te trae se acompañan de una responsabilidad."...Cuando Guillaume y yo nos comprometimos, era consciente que esta elección traía consigo responsabilidades. Me sentí un poco intimidada pero he tenido la suerte de crecer en un ambiente que no estaba muy alejado del nuevo en el que entraba a formar parte."
Stephanie es también una enamorada del arte y en concreto apasionada de la música. "Mis padres nos obligaron a mis hermanos y a mí a hacer estudios musicales. Todos fuimos al Conservatorio. Aprendí a tocar el piano fuertemente aconsejado por mis padres, y después escogí el violón. Hoy en día no toco tan a menudo como quisiera, pero la música está muy presente en mi vida, no podría concebir la existencia sin ella. La música es esencial a nuestra naturaleza más profunda, ella sabe encontrar siempre el camino del alma... Siempre me ha apasionado el arte, he tomado a mi cargo el alto patronazgo de los museos de arte e historia de Luxemburgo. Cuando Guillaume y yo éramos novios, y llegué aquí, sentía mucha curiosidad por todo, por la vida del país y por sus tradiciones. Mi primer impulso fue visitar los museos y me impresionó mucho el dinamismo y la riqueza cultural de Luxemburgo. Aquí, toda localidad por muy pequeña que sea tiene su museo, sus colecciones, y todo ello de una calidad excepcional...Me siento también muy honrada de haber sido escogida para presidir el consejo de administración del museo de Arte Moderno Gran Duque Jean (Mudam), su fama se extiende fuera de nuestras fronteras, y me rodea un equipo de personas de gran calidad y extremadamente competentes, lo cual hace que me sienta confiada y entusiasmada. Que alguien de la familia retome la presidencia del museo es muy simbólico, pues el gran duque Jean es alguien a quien admiro mucho y por el que siento un inmenso afecto."
En la entrevista, Stephanie habla también de aspectos personales y de su vida junto a su esposo el gran duque heredero Guillaume: "Antes de nuestra boda, la muerte de mi madre hizo que viviésemos un contexto muy particular. Perdí a mi madre dos meses antes de mi boda de forma muy repentina. A la felicidad que vivíamos se unió la tristeza, esto hizo que un periodo de mi vida que debería haber sido muy feliz, se convirtiera en una etapa difícil. Sin Guillaume, jamás hubiese logrado pasar aquello tal como lo hice. Estaba bajo el efecto de todo tipo de emociones, mi humor era cambiante, pero él siempre se mostró muy atento y me ayudó a sobrellevarlo. Toda pareja experimenta pruebas, pero es raro que las afronten antes de casarse. Aquellos dos meses de duelo y de preparativos nos hicieron más fuertes. Hoy soy consciente de hasta qué punto aquello consolidó nuestro amor."
"Guillaume es un marido presente, atento, siempre a la escucha. Lo que vivimos es a veces difícil de entender para la gente del exterior, y sé que mi marido es de las pocas personas capaces de comprenderlo. Siempre me da buenos consejos, y tiene una gran facilidad para crear lazos con los demás y también entre las personas, lo que constituye una cualidad rara. Compartimos el amor por la música, aunque sus gustos son menos clásicos que los míos, él tiene buen oído musical y canta muy bien, además de componer. ¡Tengo también la suerte de tener un marido que cocina muy bien!...Trabajamos en equipo, desarrollando nuestra actividad en función de las necesidades y demandas de los luxemburgueses."
Fotos: Point de Vue
La princesa destaca también la importancia de mantener una vida "normal" junto a su actividad pública. "Es esencial para que podamos dar lo mejor de nosotros en nuestra labor oficial." Transcurridos tres años desde su boda, Stephanie reconoce que, en cierto modo, ya no es la misma persona de entonces: "He tomado mis riendas, he ganado en seguridad, como si el papel de gran duquesa heredera fuese parte integrante de lo que soy. He aprendido mucho de diversos campos, pero especialmente he evolucionado, madurado y aprendido mucho sobre mí misma. Me siento plenamente luxemburguesa. Aquí me siento en casa."
Foto: Point de Vue
Buen broche para poner punto y final a la entrevista.
Mis mejores deseos para esta joven pareja en los años venideros.
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